De Bilbao a Córdoba, de norte a sur, de las nubes al sol, de la rutina a otra dimensión. Una gozada. Y ahora, aquí, con la mejor de las intenciones, intentando exponer en breve lo que una semana así, ha significado para mí. Creedme, me resulta difícil simplificar, pero, remitiéndome a la “pastoral del minuto” e intentando ser breve, comparto: